8 de octubre de 2009
Nuestro interés por ir un miércoles al Zoo no es por capricho, simplemente se debe a que los miércoles son como el día del espectador, no pagas entrada sino la voluntad, por decirlo de alguna forma. La voluntad se entiende de una manera diferente ya que justo en la entrada tienes un amable cartel que te indica la voluntad que debes tener.
Aquí el sugerente cartel:
El zoo ocupa una extensión de 107,2 Ha. y en él habitan más de 4.000 especies. Lo más destacable del zoo es que han intentado mantener el hábitat de todos sus animales, de forma que más que estar en un zoo, donde los animales se ven enjaulados, se tiene la sensación de estar viéndolos en un entorno de libertad. Algunos de estos hábitats recreados son: la selva africana, las montañas del Himalaya o los bosques tropicales asiáticos (donde os aseguro que el clima es igual al que pasamos en Hong Kong o en Vietnam, la misma sensación de “xafogor” y de humedad).
Es un zoo pensado para todas las edades. Además no sólo se ven los animales sino que es muy educativo y te permite ver de qué modo viven. También destacar de nuestra visita la sensación de ir solos por el parque: a pesar de ser el “día del espectador” casi no encontramos gente y puedes disfrutar del parque a tu antojo.
Los únicos que parecían salir por todas partes eran familias numerosas (judías ortodoxas) con sus respectivos hijos, digamos que con una media de 6 a 9 hijos, todos vestiditos iguales. Aunque sobre este tema tenemos que investigar algo más y ya hablaremos más adelante. Aquí tenéis una selección de los animalitos que vimos:
Jirafas
Pájaro azul (a saber de que especie es)
En este caso dos pájaros
Más pájaros, decir que estos no tenían ningún tipo de protección y aún así no se escapan
Pájaros haciendo cola
Tigres
El mismo tigre
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Impresionante, verdad??
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