1 de marzo de 2010
Toda ciudad egipcia situada a la orillas del Nilo ha de tener sus correspondientes falucas y Aswan no podía ser menos!!!
Aunque en un principio nos mostramos reacios a subirnos a una, finalmente sucumbimos a la insistencia de uno de ellos. El día anterior le contratamos nuestra visita a Abu Simbel y quedamos con él para que nos paseara un poco.
Pasear por la corniche de Aswan (así como por otras corniches, paseos que bordean en Nilo) es estar oyendo continuamente: Faluca, faluca!!! Muy barato!!! por el lado del río, mientras oyes Calesa, calesa!!! Taxi, taxi!!! por el lado de la calle
Un paseo “agradable” en la que las palabras que salen de tu boca siempre son: No, shucran (no gracias).
Pero como ya he dicho finalmente cogimos una, quizá un poco por compromiso quizá un poco por el hombre que nos estuvo persiguiendo casi hasta nuestro hotel.
En un principio nos dijo que estaríamos unas dos horas, pero hay que tener en cuenta el “Egiptian time” y el morro que le echan (ya que cobran por horas) y al final estuvimos tres.
Casi nos anocheció.
Nuestros colegas de la Faluca amenizando la velada.
También te ofrecen el timón... menos mal que no era muy difícil.
A pesar de que algunos no lo ven muy seguro:
A veces remar no resulta fácil.
Y en ocasiones se pide a embarcaciones más grandes y, con motor, una pequeña ayuda para combatir la ausencia de viento.
Una de las cosas que nos llamó la atención es que uno de los colegas al mismo tiempo que iba escupiendo por el río o arrojando un paquete de tabaco vacío, iba recogiendo agua del mismo río en una pequeña botellita de la que luego iba bebiendo. Viva la sanidad!!!
De todos modos debe ser una fórmula local muy utilizada:
Y después te ofrecen te??
Para que luego en todos sitios te recomienden que no debes beber agua del grifo... Igual es hasta más segura.
Mientras cientos de falucas reman o intentan sobrevivir, a pocos metros de ellos también se pueden ver los grandes barcos de los cruceros y viajes organizados (a ellos ya les dedicaré otro post)
Aunque a veces se nos hizo un poco pesado permanecer en la faluca cuando te empiezan a ofrecer ir al bar de un amigo, a comprar regalitos u otros menesteres... (hay que ver... estos egipcios tienen amigos por todas partes) he de reconocer que algunas de las vistas del Nilo desde esta perspectiva no tienen precio.
Os dejo una pequeña muestra de lo que os hablo.